Paseando con la bici y cámara al hombro por fortuna, me encuentro esta puerta en medio de un jardín, así, sin vallas, sin muro y tan siquiera un triste matojo para arroparla. Me pregunté si habría alguna barrera ultrasónica a los lados (a lo lost), metí la mano, pero no pasó nada (aunque si realmente me llegan a sangrar los oidos hubiera sido la leche). Total, que visto el panorama, por lo menos donde vivo la gente es bastante confiada y se puede permitir estas gilipolleces excentricidades. Ya ven, todo son ventajas.
PERO BUENOOOOOOOOOOOOOOOOO.
ResponderEliminarSi es que es la leche, resulta que el de Estocolmo que me aparece cada dia en el busca noticias de TACOROTNE ES NADA MENOS QUE ESTE MUCHACHO DE MI PUEBLO. Y es un artista el jodio. Pos que te sigas encontrando puertas abiertas y vuelve pronto, que la tienda sin ti está mas solita...